Situada entre Rumanía y Ucrania, Moldavia es una joya oculta que espera ser descubierta. Este país de Europa del Este se caracteriza por una rica historia, una cultura diversa y paisajes pintorescos que ofrecen una mezcla única de encanto del viejo mundo y dinamismo moderno.
La historia de Moldavia queda plasmada en su arquitectura, con antiguos monasterios, fortalezas y viñedos que narran la historia de siglos pasados. Las arraigadas tradiciones del país coexisten armoniosamente con su deseo de progreso y desarrollo.
La calidez y hospitalidad del pueblo moldavo crean un ambiente atractivo tanto para los lugareños como para los visitantes. La fusión de influencias rumanas y eslavas se refleja en la lengua, las costumbres y la cocina.
El fértil suelo de Moldavia la convierte en un centro de producción vinícola, y sus bodegas gozan de reconocimiento internacional. Las bodegas de Cricova y Milesti Michi, unas de las mayores del mundo, ofrecen una experiencia mágica a los aficionados.
El compromiso del país con la conservación de su belleza natural queda patente en sus parques nacionales, sus onduladas colinas y su serena campiña. El río Dniéster serpentea por el paisaje, ofreciendo pintorescas vistas a los amantes de la naturaleza.
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